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Pedro Edgar Rizo Peña

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Bojeo
Review - Visual Arts, New artists, Exhibitions, Cuban Art, Universal Art
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Pedro Edgar Rizo Peña

“Nada en el cine es casual”, leí en texto del sociólogo y crítico de cine argentino Héctor Hochman. En Rápido y Furioso 8, la última gran producción de Hollywood en la isla después de 1959, este emporio lanza una nueva -pero antigua- mirada colonialista. Una escena es clave y así la describe en análisis un articulista: 

“Toretto cumple de maravillas el cometido del gringo bueno en patio ajeno: le da una lección al mal cubano. Este, que también tiene su moral, baja del auto en pleno Malecón, mientras una muchedumbre de jóvenes y niños los rodea. “Ganaste mi auto. Y también mi respeto”, dice. Extiende su mano ofreciendo a Dom la llave del carro. La cámara nos permite verla en un gran primer plano: le cuelga un llaverito con la bandera cubana. Dom sonríe: “Quédate con tu carro. Tu respeto es suficiente”. Esta escena ocurre bajo la columnata y ante el complejo escultórico en homenaje al acorazado Maine, en la zona del Malecón habanero hoy conocida como La Piragua. (…) Son gestos elocuentes tanto terminar la carrera ante el monumento al Maine (frente al que se celebraban hasta la década de 1940 anuales desfiles que conmemoraban la intervención militar estadunidense en Cuba; coronado por un águila imperial que fuera derribada poco después del triunfo revolucionario de 1959) como usar símbolos.”

Esta introducción me vale para entender el discurso de la exposición “Bojeo” de Duniesky Martin en una de las salas del Lam. Apropiándose de la semántica de esta palabra, el artista discursa a través de las piezas presentes, sobre las distintas construcciones sociales que Hollywood reproduce, en este caso particular, la imagen Cuba. A través de “Legados” (Serie de Registros Colectivos, Video instalación,2017) en 7 pantallas se reproducen en bucles frases extraídas de una docena de películas (entre ellas clásicos como El Padrino) que de una forma u otra hablan de la imaginación y el anhelo colonial de Hollywood hacia Cuba y su historia. La curadora Lisset Yllañez Fernández sobre este trabajo de recopilación y análisis señala: “En su quehacer (sobre Duniesky) se aprecia una especial motivación por la catalogación, la revisión histórica y el trabajo con el archivo, subvirtiendo la concepción de esta fuente de información como materia inexpugnable”.

En los diarios (instalaciones “El diario que nunca existió” I y II) cuando se ojean, Martín reproduce la sensación del visitante que llega a los pueblos del oeste de los EEUU, en la época tantas veces presentadas en los Western. Donde el miedo a la diferencia marcó los discursos e imágenes de las películas con una señalada narrativa imperial. Carteles de películas que marcaron épocas como “El Llanero Solitario”, “Roy Rogers” y “Cisco Kid”, intervenidos a través del tallado del cristal protector, nos recuerdan la conquista de territorios y gentes por el “gran hombre blanco” y la mirada siempre triunfalista de la cinematografía hollywoodense. 

Ambos registros, la mirada a Cuba y la conquista del oeste, a través de la cinematografía son herramientas de este artista para diseccionar el concepto de Hollywood sobre su carácter extraterritorial como un cine no nacional sino global. Un ejemplo gigante lo proyecta el artista en una de las paredes de la sala expositiva, la pieza “Sumario” (2018) representa a la película “Cuba”. A través del link que el artista deja al espectador para seguir escudriñando, se encuentra que la misma fue filmada por Panavisión, uno de los tantos estudios de Hollywood, como Paramount o Universales que (subliminarmente) sugieren connotaciones globales y una grandiosidad cósmica a esta industria cultural. 

En sentido opuesto, una obra en proceso que pretende reflejar aquellas locaciones cubanas que siempre han sido inspiración para el cine americano… en esta ocasión el Country Club. Estos bucles son la visión del artista sobre los elementos que pudieron formar parte –lo más probable- del filme “Nuestro hombre en la Habana” rodado por Columbia Pictures en la Habana, a pocos meses del 1ero de enero del 1959, en plena efervescencia revolucionaria. Tal vez Duniesky introduce estos paneos, como un guiño al último intento de Hollywood de contar su verdad, que para ellos no es sólo la verdad (norte)americana, sino de todo bajo su control. 

Aquí va mi guiño: “Nosotros –Hollywood- podemos hacerlo porque tenemos el talento, el conocimiento y los recursos. Tenemos un medio incomparable para la educación y la ilustración, el más grande que el mundo haya conocido” Darryl F. Zanuck

Ministerio de Cultura de Cuba

Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP)

C A C Wifredo Lam

Isa Cuba


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